Hay veces en las que nos desilusionamos al enterarnos, casi a la pasada, que la obra de cierto autor no es infinita. Enseguida, nos azota la idea de que va a exisitir un punto en el cual nada nuevo tendrá dicho autor para brindarnos. Intentamos reconfortarnos argumentando que las posibles combinaciones y variaciones de la interpretación de las finitas y numerables obras crece a un número tan grande que es aproximación del infinito para pobres mortales como nosotros.
Es sabido que en cierto período posterior a los 40 años del pueblo judío en el desierto, habitó cerca de las costas mediterráneas un hombre que pretendía ser un artista con producción constante. Algunos lo llamaban Flamén, otros Dios, la gran mayoría simplemente "loco". El extraño ser afirmaba que cada uno de sus actos era una producción artística, la cual era brindada por él a sus condiscípulos. Lejos hoy en día de tal situación de carencia de un mercado artístico, de editoriales, precios, ventas y contrabando, sería casi irrisorio poder consolarnos (nosotros, pobres mortales!) con aspirar a presenciar cada instante de vida del artista, cada dejo involuntario (o voluntario) de arte, cada acción u omisión que perpleje nuetros ojos y nuestra alma tan sensible. Es por eso, y dada la circularidad del universo, que debo repetir lo que en el comienzo, nos desilusionamos y reconfortamos de inmediato con leer una y otra vez, de una y mil maneras (acostados o tristes, llorando o saltando la soga, pasado mañana o hace 7 años) los distintos libros de distintos autores. Gracias a Dios (o a Flamén) somos solo pobres y limitados mortales.
miércoles, 11 de abril de 2007
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3 comentarios:
"Intentamos reconfortarnos argumentando que las posibles combinaciones y variaciones de la interpretación de las finitas y numerables obras crece a un número tan grande que es aproximación del infinito para pobres mortales como nosotros".
Yo creo en este consuelo. De otra manera estamos fritos.
Justamente, por eso concluyo: "Gracias a Dios (o a Flamén) somos solo pobres y limitados mortales."
Devolución de gentilezas. Gracias por lo de "de las cejas hacia abajo, de las vértebras para afuera".
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