martes, 29 de mayo de 2007

Me cansé, pido perdón, y prometo no postear más hasta que no aprenda medianamente a escribir. Y cuando me refería a que soy una farsa, justamente no me refería al tipo de farsa que se requiere para narrar. Si bien el oficio de "elegidor (no me gusta la palabra elector, menos por estos tiempos) de palabras" supone una gran cualidad de mentiroso, yo soy del tipo de farsa de las que no se quieren: esos que pretenden en cinco minutos esbozar un relato como la gente, plasmar en palabras una serie de vivencias, para las cuales se precisa una introspección mucho mayor. Me da verguenza seguir publicando textos incoherentes, redundantes, deformes, o in-formes más bien. Encima después uno quiere leer a Borges y siente asco de uno mismo, imagínense. No se describir, no se conjugar, no se autolimitarme. Cuando sepa un poquito de todo esto, volveré a postear. Calculo que por ahora me limitaré a hacer unos copy-paste que crea convenientes. Me siento muy agradecido por el tiempo que me han dedicado quienes me han leido y comentado. Más aun cuando ellos saben lo que están haciendo. En fin, un saludo, y quizás hasta mañana me levante cruzado y vuelva a postear la primera pelotudez que se me venga a la cabeza, pero hoy no, hoy si que no.

4 comentarios:

Ivana dijo...

Ufa.
A mí me gusta lo que escribís.

Un abrazo

Naoj dijo...

1. Veo que te has destrozado en la autoflagelación y la autocrítica intempestiva sin piedad ni motivo aparente alguno!! Por Dios querido Fer... dentro de tus convulsiones lingüísticas fruto de un recarcitrante martirio inocuo, quieres caer en una especie de profecía autoincumplida del no saber o no querer saber escribir cosas medianamente "leíbles", lo que me parece a todas luces:

1.1. Un acto de vanidad encubierto
1.2. ó una inmisericorde auto-censura que daría una traza de razón a quienes profesan dogmas enmarcados en la lógica de la inquisición literaria, cuyas reglas depuran muchos "doctos" y conscpícuos omínidos auto-parlantes agrupados en "castas".

2. Sea cual fuese el motivo, debo refutarte o al menos diverger en que algunos conceptos (trataré de ser breve):

2.1 Muchas veces para narrar de verdad, más que ser farsa, resulta que por querer ser tan farsante, uno termina siendo visceralmente sincero. Teorema del Principio de Incertidumbre del Farsante Narrativo (Naoj Heisenberg)

2.2 La autoestima literaria es algo que no hay que descuidar tanto. Imagina que hubiese pasado si los vilipendiados genios en su etapa primera, hubiesen rendido sólo culto a los clásicos de entonces, no habríamos llegado jamás al Barroco! Menos al Romanticismo! pobres tipos si en sus inicios los destrozaron, y sólo el clamor del fuero íntimo de sus convicciones los salvó.

2.3 Los que en cinco minutos pueden plasmar el universo, me huelen a la tibia y dulce poesía que encierra la belleza de E=mc^2. Quizás el resumen de una narrativa perfecta.

En resumem: de qué estamos hablando??

PD: me fui al porcino parece..

Ignacio Martín dijo...

Un acto de vanidad encubierto, por supuesto. El tipo dice que escribe mal... escribiendo bien.

Yo no te creo, porque a mí me pasa lo mismo. De todas maneras, creo que eso define la verdadera vocación. O mejor dicho, lo genuino de la vocación ("vocación" por ponerle un nombre). No hay nada peor que los tipos satisfechos de sí mismos, los que creen que CUALQUIER cosa merece ser mostrada. Y justamente nosotros (me incluyo, te incluyo, ¿por qué no?) somos los que padecemos cada tanto estas crisis de fe, justamente porque nos importa tanto, de hecho se nos va la vida en esto.

Sin embargo estoy llegando tarde. Ahora voy a leer el nuevo post y continuaré comentando ahí.

Un abrazo y fuerza. Sé lo que se siente. Y no se lo deseo a nadie. Salvo a los tipos a los que verdaderamente les gusta escribir. Así que de alguna manera me parece bien que te pase esto.

Deliberado dijo...

jaja Naoj Heisenberg, que grandeza la de tu teoría. Juro que no es un acto de vanidad encubierta, es solo mi sensación, como me siento en este momento, pero bue, de que vale escusarse asi como si, gratuitamente.
Funes, usted siempre tan acertado. (otra vez empecé con lo de usted)