miércoles, 30 de mayo de 2007

Ok, hagamos un trato: ustedes me dejan postear hoy, y yo prometo que no voy a intentar ninguna pretensión literaria. Hoy no, no hasta que aprenda. Pero quería contarles algo que me sucedió hoy (a todo esto acá en el laburo está sonando un tributo a Pink Floyd buenísimo, perdonen que desvirtúe). Tomé coraje, me metí los pocos prejuicios y demandas pequeñoburguesas que me quedaban en el culo, y me decidí a renunciar. Quise ir a hablar con el gerente.... el muy pillo está en Córdoba! Me quería matar!! Ese instante de valentía, de superación, en el cual me arremangúe las botamangas y tomé una larga bocanada de aire para entrar a la gerencia, y el muchacho está en la Docta. Mierda! Vamos a ver mañana donde anda. Un saludo! Gracias por leer

martes, 29 de mayo de 2007

Me cansé, pido perdón, y prometo no postear más hasta que no aprenda medianamente a escribir. Y cuando me refería a que soy una farsa, justamente no me refería al tipo de farsa que se requiere para narrar. Si bien el oficio de "elegidor (no me gusta la palabra elector, menos por estos tiempos) de palabras" supone una gran cualidad de mentiroso, yo soy del tipo de farsa de las que no se quieren: esos que pretenden en cinco minutos esbozar un relato como la gente, plasmar en palabras una serie de vivencias, para las cuales se precisa una introspección mucho mayor. Me da verguenza seguir publicando textos incoherentes, redundantes, deformes, o in-formes más bien. Encima después uno quiere leer a Borges y siente asco de uno mismo, imagínense. No se describir, no se conjugar, no se autolimitarme. Cuando sepa un poquito de todo esto, volveré a postear. Calculo que por ahora me limitaré a hacer unos copy-paste que crea convenientes. Me siento muy agradecido por el tiempo que me han dedicado quienes me han leido y comentado. Más aun cuando ellos saben lo que están haciendo. En fin, un saludo, y quizás hasta mañana me levante cruzado y vuelva a postear la primera pelotudez que se me venga a la cabeza, pero hoy no, hoy si que no.

sábado, 26 de mayo de 2007

La novela de mi vida

Por esa manía, que también suele ser miedo, de creer, ostentar o alardear que vivimos en la ficción es que la duda entró en mi. Me refiero a ese lugar común de pensar que vivimos dentro de una fábula, que somos el personaje de alguna novela al cual hechos descabellados le suceden, y que curiosa es tu vida Martita, y bla bla. Si, no me digan que nunca lo pensaron. Bueno, anoche fue algo así, pero no tan así. Casi que un perfeccionamiento digamos (con lo que me disgusta esa palabra, digamos). Se me dio por conjeturar lo siguienteí: aceptemos pues primero que sí, que vivimos dentro de una ficción, que somos el personaje (y no tendría porqué ser el principal) de un relato. Hipótesis número uno: cuando leemos una historia, en algún lugar de la mente, se está recreando, imaginando, ese personaje, esa situación, y esos hechos. Es decir, en algún lugar, existe. En alguna intrincada red molecular, en algún universo como tantos otros, en nuestra materia gris, lo que sea; se puede decir que eso que estamos imaginando está sucediendo (aqui doy por entendido una definición de suceder mucho más amplia de la aceptada por la rutina y su realismo escéptico). Perfecto, queda probado (?) que todo aconteciemiento imaginado, toda historia, ocurre efectivamente de alguna forma alguna vez. Ahora, primera piedra en nuestro aventurado y pretencioso camino: Una novela que dura 75 años? y en la cual se relata cada una de las cosas que nos suceden? Sería un libro de millones y millones de páginas. Pues en mi delirio nocturno llegué a la hipótesis número dos: Los días son una repetición incesante de lo mismo, hasta que algún acontecimiento importante cambia nuestras condiciones de vida, nuestra manera de sentir el mundo, etc. Por ejemplo, imaginense a Juan, un empleado del ferrocarril que amanece todos los días a las 6:45, toma su café, parte hacia el trabajo, maneja la máquina, a las 17:00 vuelve a su hogar, mira el noticiero, come un churrasco, hace el amor (o cree hacer el amor) y se deja caer en el sueño que lo preparará para el día siguiente. Pues durante un año y medio, nuestro ingenuo amigo Juan vivió el mismo día pero repetido quinientas cuarenta y siete veces. Con churrasco más o churrasco menos, con una revolcada más saciante que otra, pero lo mismo al fin. Son los hechos que realmente cambian lo más profundo de su ser, y por ende cambian totalmente su vida los que se resalta e incluye en una novela. Así, cuando un personaje de una novela fue un día al zoológico y estuvo observando la jaula de los monos hasta el horario de cierre, esto no sucedió una sola vez, sino que se repitió durante tres meses, hasta que se enamoró, el día que lo paralizó la presencia de esa damisela que se proponía tomar el 150 junto a él. De ahí en más, pasará días y días enteros lucubrando de que manera conquistar el amor de la jovencita, los cuales figurarán en nuestra novela como un simple "X pasó así todo el día pensando en la chica de la parada, casi que no puedo dormir".
Si ustedes han sido lo suficientemente generosos y permisivos como yo para hacer omisión de posibles errores y anacronismos que presentarían las novelas de nuestras vidas si tenemos en cuenta mis dos hipótesis que las validan, quizás lleguen a aceptar cada acontecimiento que sucita nuestra tranquilidad diaria, y confiar en que del otro lado hay un escritor experimentado, que sabe lo que está haciéndo, que si le pasó a Jose Aradio Buendía porque no habría de sucederme a mi, flamante personaje de su última novela, la cual será un best seller o morirá en un estante de una librería de la calle Corrientes, lo mismo da, ya que la librería de la calle Corrientes es solo el ambiente de otra novela, en la cual los best seller apestan, y los herrumbados libros polvorientos poseen la receta de la inmortalidad, jamán leída por nadie.

jueves, 24 de mayo de 2007

Difíciles de entender

Según la RAE,

entendimiento
.

1. m. Potencia del alma, en virtud de la cual concibe las cosas, las compara, las juzga, e induce y deduce otras de las que ya conoce.


Es decir, el entendimiento es una facultad del alma. Bien subjetiva. A menudo, en la historia de la humanidad han surgido personas, conceptos, objetos, procesos que no son faciles de digerir, de entender. Suele suceder con escritores, músicos, locos, etc. Son aquellos incluidos dentro de la categoría de "vanguardia", muchas veces aclamados, y tantas otras repudiados.
Anoche, estuve en el Buenos Aires Jazz y otras músicas. Llegamos cuando terminaba una conferencia sobre los orígenes del Jazz. Café de por medio, presenciamos la puesta en escena de Alejandra Martin, una chica de una voz dulce como el caramelo, de un registro amplísimo, de una calidez desbordante. La acompañaba un trío virtuosísimo, que andaba los caminos de la ortodoxia del Jazz moderno (valga la aparente contradicción). En resumen, excelente. A continuación se presento una pequeña brasilerita, de una gracia increible, de una voz fuerte y seductora, acompañada por un guitarrista de la choncha-é-lalora (que ademas de descoser la de 12 cuerdas hasta romper alguna de ellas, le daba a la cítara con todo el sentimiento). Todo venía bien, como era de esperar, la gente excitada, vociferaba y aplaudía enérgicamente a los artistas. Que bueno, que alegre el ambiente, que eufórica concurrencia. Pero....pero...
La noche la cerraba un tal Anthony Braxton, yankee el señor. Tribunas repletas, ansia generalizada. Nueve y media, puntual, salió a escena su trío, compuesto por el mencionado hombre (afroamericano entrado en años, bien "negro Jazzero") en saxos y trombones varios, un muchacho de unos treintaipico en trompetas, y una jovencita en guitarra. Todo parecía iniciar como esperado, la gente aplaudía, gritaba. En eso estabamos cuando el negro gira sobre sí, y da un click en una notebook apoyada sobre un escritorio. Sonidos agudos, continuos, que parecían salidos de una pelicula de ciencia ficción comenzaron a oirse. Parecían seguir alguna melodía, al menos hice el esfuerzo por encontrar una, pero no. Perfecto, pensé, van a improvisar. El negro empezó a hacer sonar su saxo tenor, muy ágil, con sonidos "vivorescos". La guitarra lo comenzó a acompañar, con notas contracturadas, entrecortadas, rasgueos interrumpidos por pequeños yeites en alguna escala que vaya uno a saber. Hasta que saltó en escena el trompetista, que con estruendosos resoplidos, con movimientos ultra-rápidos de los dedos y con retorcijones de todo su cuerpo, comenzó a frasear y escupir sentencias alocadas. Bueno, así durante cinco minutos....otros cinco...ya iban 20 minutos y los tipos seguían asi, cada uno en la suya, aparentemente inconexos, pero la realidad era que se estaban comunicando de una forma íntima y profunda. Aquí es donde viene el problema del entendimiento. La gente comenzó a mirarse entre si, hasta algunos empezaron a dejar escapar risas cómplices, como diciendo "estos tipos están locos". Poco a poco, de a dos, de a tres, se fueron levantando, sigilosamente dirigiéndose a la salida. Debo confesar que a mi también me costó mucho entender lo que estaban tocando (si, en realidad todavía no lo entendí). Así fue que el público que había acudido ansioso, se fue retirando comentando que "porquería" que era lo que estaban tocando.
Puedo aceptar que se diga que algo nuevo, que se sale de los estándares, de los cánones de un estilo es "raro". Pero no puedo tolerar que se diga que es una "porquería", que es malo. Aquí es donde necesito volver a la definición de entendimiento. La falla, nuestro error, creo que aparece luego de concebir las cosas, cuando se las intenta comparar con lo que ya conocemos, y emitir juicio a partir de ahí. Gente, si es vanguardia, si es nuevo, con que lo queremos comparar? Con que criterio podemos decir que algo es malo o bueno? Porque, y esto si que no me lo puede discutir nadie, el negro tocaba que daba calambre. Conocía al instrumento como se conoce a un hermano, parecía que el saxo soprano fuese una continuación de su tráquea, dejaba todo el sentimiento en cada nota, movía los dedos como pocos. Ahora, que lo que estaba tocando no estuviese comprendido en 12 compases iguales, que no tuviese ni principio ni fin, es lo que hacía ininteligible, para la mayoría (me incluyo), el repertorio.
Me subi al colectivo, y como me esperaba un viajecito a casa, me puse a reflexionar (cagamos). Sentí que había presenciado un momento único en mi vida, una muestra de hipocrecía y falsedad generalizadas, de snobismo crudo. Me di cuenta de que el negro este era un genio, que tenía algo para decirnos, que se había cansado de sentir que "mierda, esto ya lo toqué mañana", que se había animado. Y nosotros, pobres idiotas, porque no nos había servido en bandeja cuatro acordes felices, comodidad y buen gusto, lo habíamos despreciado. Me fui a dormir pensando en lo deplorable que es la raza humana.

lunes, 21 de mayo de 2007

En otra calle
Donde
Oigo mis pasos
Pasear por esta calle
Donde
Sólo es real la niebla

(OCTAVIO PAZ)

Hoy, cero creatividad la mía.

jueves, 17 de mayo de 2007

Y luego de abrir con cuidado la puerta (cuidado de no volcar algún vaso o tropezarse con algo, con alguien), entrar con disimulo y esgrimir un "Hola Miguel", ver las caras de esas gentes era realmente admirable. Imaginaos que no por nada hace varios años para nosotros había pasado a ser "el sucu", aunque realmente no tuviese ningún cartel ni existieran pruebas de semejante atribución (creo que algunos lo llamaban "el bar de miguel", pero ya no más, indefectiblemente había pasado a ser "el sucu", para SIEMPRE).
Y enseguida se acercaba Fidel, tan cordial y casi-mudo como siempre, con su trapito al brazo. Él ya sabía qué ibamos a pedir, lo de siempre, la cerveza y las papas grasosas. Y dije grasosas, y creo que ninguna otra papa de Buenos Aires tiene derecho a creerse u ostentar ser grasosa. De ninguna manera. Como dije, observar los concurrentes era una tarea admirable. Infaltable a cualquier hora del día el polaco "cara é tomate" José (y siempre surgía y seguiría sugiendo la discusión acerca del origen, vida y ocupaciones del polaco "cara é tomate"). Algunos le atribuían la tarea de distribución de sustancias raras dentro de "el sucu". Yo sabía, realmente lo sabía, que esto no era cierto. De todas formas debía exisitir una razón por la cual día tras día, hora tras hora y segundo a segundo, el polaco observaba al resto, erguido bien cerca de la puerta de entrada, cabeza en alto, cara en llamas. Había una mesa que todos los mediodías era ocupada por un cuarteto de sordomudos, que a fuerza de gestos y miradas compartían un ameno almuerzo. Un poco por gusto, otro poco por costumbre, y otro casi por obligación, el almuerzo era siemrpe el mismo. O churrasquito, o milanga (de más está aclarar que acompañados por una porción de papas bien grasosas).
En la solitaria mesa del fondo, el viejito Manuel bajaba su cabeza y dormía religiosamente su siestita de 15 minutos depués del tercer vaso de vino tino, con las noticias de Crónica de fondo (porque sí, aunque "el sucu" se caía a pedazos, tenía, y debía tener un televisor con Crónica tv sintonizado día y noche. De otra manera no sería "el sucu"). Y arriba, es decir, sobre un entrepiso de improvisadas maderas situado justo por encima de nuestras cabezas, la Mony con la sartén hirviendo y por el mango.
No tengo el recuerdo exacto de cuándo ni porqué fuimos por primera vez. Sé que fue hace al rededor de tres, cuatro años. Algún mediodía esperando entrar a alguna aburrida clase. La visita se repitió dos o tres mediodías más tarde. Lentamente, casi sin darnos cuenta, pasó a ser indiscutido destino de tardes grises, en las cuales todos sabemos que no queda otra que sentarse a ahogar penas y discusiones con una cerveza de por medio. Es increíble como hoy en día ha entrado tan profunaamente dentro nuestro, que cada vez que tenemos un rato libre, con solo mirarnos sabemos que en quince minutos estaremos en "el sucu", entrando con cuidado, saludando a Miguel, sentándonos en la mesa contigua a la barra, y pidiendo nuestra gloriosa cerveza con nuestras grasosas papas fritas.

A veces trato de imaginarme que pensarán los viejos, los obreros, y los parias que habitúan "el sucu" cada vez que nos ven entrar a nosotros, un reducido grupo de vienteañeros con pocas marcas en la cara, con una todavía ténue e intermitente sonrisa en los labios. A veces me deprimo al pensar que en poco tiempo no entraremos más, que cada uno seguirá por su lado, que eventualmente podremos ir "el falco" y yo, o Julián con "el gordo". Pero ya no será lo mismo de antes. Se que para muchos puede ser insignificante un intento de bar del barrio de congreso, clausurado varias veces por infectología, ignorado por los apurados ojos de las oficinistas, pero para mi, para nosotros, "el sucu" fue, es, y será una inolvidable parte de nuestras vidas. Y se guardará en la mermoria, el corazón, o como quieran llamarlo, junto con el recuerdo del San Lorenzo campeón del ´95, de una tarde en el rosedal, de una sonrisa pasajera, del compás de una guitarra, y todos los pequeños instantes de fugaz felicidad que me queden por vivir.

jueves, 10 de mayo de 2007

odio mi último post, en el que afirmo que odio mi último post.
carraspera
sodomizante.
sal, sal de allí...viértete
di-viértete
derrámate, escúrrete.
Te impero! Me urge!
Ahora, ya no es más ahora.
Sutiles diferencias,
montruosas para pocos.
palabras que descansan ahí:
catalizar
desoxirribonucléico
ilíada
catapulta (la repetición)
muñequitos
DES-TRUC-CIÓN.

miércoles, 9 de mayo de 2007

Un post de Bon fille me trajó a la cabeza (pero de dónde me lo trajo?) a Oliverio Girondo, su surrealismo, su poesía. Habiendo sido solo un casual lector suyo (de Girondo, no de frestón), busqué. Observé, recorrí, leí. Hay veces que pienso que cada uno se fabrica una interpretación a su gusto de la poesía, la que más le conviene. Hasta cierto punto creo que está bien, somos animales subjetivos, tenemos un YO más presente de lo que debería estar. Espero que vuestra elección, vuestra interpretación de la siguiente concatenación de eructos aromatizados sea tan bella como la mía, o como la de Oliverio.

¡AZOTADME!

¡Azotadme!
Aquí estoy,
¡azotadme!
Merezco que me azoten.
No lamí la rompiente,
la sombra de las vacas,
las espinas,
la lluvia;
con fervor,
durante años;
descalzo,
estremecido,
absorto,
iluminado.
No me postré ante el barro,
ante el misterio intacto
del polen,
de la cama,
del gusano,
del pasto;
por timidez,
por miedo,
por pudor,
por cansancio.
No adoré los pesebres,
las ventanas heridas,
los ojos de los burros,
los manzanos,
el alba;
sin restricción,
de hinojos,
entregado,
desnudo,
con los poros erectos,
con los brazos al viento,
delirante,
sombrío;
en comunión de espanto,
de humildad,
de ignorancia,
como hubiera deseado...
¡como hubiera deseado!

martes, 8 de mayo de 2007

La gente de mi trabajo me está terminando de hartar. En realidad, como ejercicio antropológico amateur tiene su gracia observar los dilemas de estas gentes, pero el ejercicio se agota en uno o dos meses. Aparentemente esto no da para más y no se cuanto aguantaré. Paso a detallar algunas de las discusiones que realmente me han dejado estupefacto:

A:-Yo tengo un horno que levanta 200 grados y las pizzas salen re bien.
B:-Papá!yo las hago más fácil, levanto el tubo, llamo a la pizzería y listo.
A:-pero no me vas a decir que son más ricas!
B:-Que no papá!! aguanten las de pizzería

.......

Ahora, ustedes no van a creer frases tan típicas de ellos como:

-El arroz es comida de putos (?????????????)
-A los putos hay que matarlos a todos.
(Luego de un rato largo en que estuve escuchando Jazz) -Cortala con esa porquería, poné música "denserio".


Dos cosas en particular, dos reacciones de dos de ellos no termino de comprender. La primera es la consternación de un compañero al enterarse que no la pongo todos los días...

-Papá. vos con 22 años si no cojés todos los días estás hecho mierda!!! Yo a tu edad cojía todos los días con minas distintas.

....

La segunda reacción que me ofusca, es que haya sido motivo de burla el hecho de que yo haya ido a la feria del libro... Juro por Dios que no entiendo la risa!!!!!

Ahora, no se piensen que no hay diálogos interesante. Los debates más profundos giran en torno a cual es la velocidad más alta que han alcanzado con sus peugeots 307´s por la autopista, o quién es el que baja más rápido porquerías de interné con el emule.
Yo se que son buenas personas, que en el fondo deben ser tolerantes, que no deben ser tan machistas, pero les aseguro que cansa, realmente uno se siente sapo de otro pozo.

Perdonen este post quejoso, sin calidad, tan verborrágico y que parece escupido. Pero me tenía que descargar.

Punto.

miércoles, 2 de mayo de 2007

Le taux

En esta quietud
tantas veces te pensé como musa inspiradora
con solo mirarte quedaba imaginando
tu oscuridad,
[tu aroma]

Áspera y de contornos difusos
ahuecada y panzona
una-a-una
las palabras me servías

Y tu obsoleto fin
negación de tantos otros
me ponía en la pista
no se si correcta,
[pero pista al fin]

Y las bocas que han de posarse en ti
y beber con apuro tu jugo nocturno
se confunden y se miran durante el día
y se maldicen y se aman en los sueños
Ahora, escribo pájaros.