miércoles, 30 de mayo de 2007
martes, 29 de mayo de 2007
sábado, 26 de mayo de 2007
La novela de mi vida
Si ustedes han sido lo suficientemente generosos y permisivos como yo para hacer omisión de posibles errores y anacronismos que presentarían las novelas de nuestras vidas si tenemos en cuenta mis dos hipótesis que las validan, quizás lleguen a aceptar cada acontecimiento que sucita nuestra tranquilidad diaria, y confiar en que del otro lado hay un escritor experimentado, que sabe lo que está haciéndo, que si le pasó a Jose Aradio Buendía porque no habría de sucederme a mi, flamante personaje de su última novela, la cual será un best seller o morirá en un estante de una librería de la calle Corrientes, lo mismo da, ya que la librería de la calle Corrientes es solo el ambiente de otra novela, en la cual los best seller apestan, y los herrumbados libros polvorientos poseen la receta de la inmortalidad, jamán leída por nadie.
jueves, 24 de mayo de 2007
Difíciles de entender
entendimiento.
1. m. Potencia del alma, en virtud de la cual concibe las cosas, las compara, las juzga, e induce y deduce otras de las que ya conoce.
Es decir, el entendimiento es una facultad del alma. Bien subjetiva. A menudo, en la historia de la humanidad han surgido personas, conceptos, objetos, procesos que no son faciles de digerir, de entender. Suele suceder con escritores, músicos, locos, etc. Son aquellos incluidos dentro de la categoría de "vanguardia", muchas veces aclamados, y tantas otras repudiados.
Anoche, estuve en el Buenos Aires Jazz y otras músicas. Llegamos cuando terminaba una conferencia sobre los orígenes del Jazz. Café de por medio, presenciamos la puesta en escena de Alejandra Martin, una chica de una voz dulce como el caramelo, de un registro amplísimo, de una calidez desbordante. La acompañaba un trío virtuosísimo, que andaba los caminos de la ortodoxia del Jazz moderno (valga la aparente contradicción). En resumen, excelente. A continuación se presento una pequeña brasilerita, de una gracia increible, de una voz fuerte y seductora, acompañada por un guitarrista de la choncha-é-lalora (que ademas de descoser la de 12 cuerdas hasta romper alguna de ellas, le daba a la cítara con todo el sentimiento). Todo venía bien, como era de esperar, la gente excitada, vociferaba y aplaudía enérgicamente a los artistas. Que bueno, que alegre el ambiente, que eufórica concurrencia. Pero....pero...
La noche la cerraba un tal Anthony Braxton, yankee el señor. Tribunas repletas, ansia generalizada. Nueve y media, puntual, salió a escena su trío, compuesto por el mencionado hombre (afroamericano entrado en años, bien "negro Jazzero") en saxos y trombones varios, un muchacho de unos treintaipico en trompetas, y una jovencita en guitarra. Todo parecía iniciar como esperado, la gente aplaudía, gritaba. En eso estabamos cuando el negro gira sobre sí, y da un click en una notebook apoyada sobre un escritorio. Sonidos agudos, continuos, que parecían salidos de una pelicula de ciencia ficción comenzaron a oirse. Parecían seguir alguna melodía, al menos hice el esfuerzo por encontrar una, pero no. Perfecto, pensé, van a improvisar. El negro empezó a hacer sonar su saxo tenor, muy ágil, con sonidos "vivorescos". La guitarra lo comenzó a acompañar, con notas contracturadas, entrecortadas, rasgueos interrumpidos por pequeños yeites en alguna escala que vaya uno a saber. Hasta que saltó en escena el trompetista, que con estruendosos resoplidos, con movimientos ultra-rápidos de los dedos y con retorcijones de todo su cuerpo, comenzó a frasear y escupir sentencias alocadas. Bueno, así durante cinco minutos....otros cinco...ya iban 20 minutos y los tipos seguían asi, cada uno en la suya, aparentemente inconexos, pero la realidad era que se estaban comunicando de una forma íntima y profunda. Aquí es donde viene el problema del entendimiento. La gente comenzó a mirarse entre si, hasta algunos empezaron a dejar escapar risas cómplices, como diciendo "estos tipos están locos". Poco a poco, de a dos, de a tres, se fueron levantando, sigilosamente dirigiéndose a la salida. Debo confesar que a mi también me costó mucho entender lo que estaban tocando (si, en realidad todavía no lo entendí). Así fue que el público que había acudido ansioso, se fue retirando comentando que "porquería" que era lo que estaban tocando.
Puedo aceptar que se diga que algo nuevo, que se sale de los estándares, de los cánones de un estilo es "raro". Pero no puedo tolerar que se diga que es una "porquería", que es malo. Aquí es donde necesito volver a la definición de entendimiento. La falla, nuestro error, creo que aparece luego de concebir las cosas, cuando se las intenta comparar con lo que ya conocemos, y emitir juicio a partir de ahí. Gente, si es vanguardia, si es nuevo, con que lo queremos comparar? Con que criterio podemos decir que algo es malo o bueno? Porque, y esto si que no me lo puede discutir nadie, el negro tocaba que daba calambre. Conocía al instrumento como se conoce a un hermano, parecía que el saxo soprano fuese una continuación de su tráquea, dejaba todo el sentimiento en cada nota, movía los dedos como pocos. Ahora, que lo que estaba tocando no estuviese comprendido en 12 compases iguales, que no tuviese ni principio ni fin, es lo que hacía ininteligible, para la mayoría (me incluyo), el repertorio.
Me subi al colectivo, y como me esperaba un viajecito a casa, me puse a reflexionar (cagamos). Sentí que había presenciado un momento único en mi vida, una muestra de hipocrecía y falsedad generalizadas, de snobismo crudo. Me di cuenta de que el negro este era un genio, que tenía algo para decirnos, que se había cansado de sentir que "mierda, esto ya lo toqué mañana", que se había animado. Y nosotros, pobres idiotas, porque no nos había servido en bandeja cuatro acordes felices, comodidad y buen gusto, lo habíamos despreciado. Me fui a dormir pensando en lo deplorable que es la raza humana.
lunes, 21 de mayo de 2007
jueves, 17 de mayo de 2007
Y enseguida se acercaba Fidel, tan cordial y casi-mudo como siempre, con su trapito al brazo. Él ya sabía qué ibamos a pedir, lo de siempre, la cerveza y las papas grasosas. Y dije grasosas, y creo que ninguna otra papa de Buenos Aires tiene derecho a creerse u ostentar ser grasosa. De ninguna manera. Como dije, observar los concurrentes era una tarea admirable. Infaltable a cualquier hora del día el polaco "cara é tomate" José (y siempre surgía y seguiría sugiendo la discusión acerca del origen, vida y ocupaciones del polaco "cara é tomate"). Algunos le atribuían la tarea de distribución de sustancias raras dentro de "el sucu". Yo sabía, realmente lo sabía, que esto no era cierto. De todas formas debía exisitir una razón por la cual día tras día, hora tras hora y segundo a segundo, el polaco observaba al resto, erguido bien cerca de la puerta de entrada, cabeza en alto, cara en llamas. Había una mesa que todos los mediodías era ocupada por un cuarteto de sordomudos, que a fuerza de gestos y miradas compartían un ameno almuerzo. Un poco por gusto, otro poco por costumbre, y otro casi por obligación, el almuerzo era siemrpe el mismo. O churrasquito, o milanga (de más está aclarar que acompañados por una porción de papas bien grasosas).
En la solitaria mesa del fondo, el viejito Manuel bajaba su cabeza y dormía religiosamente su siestita de 15 minutos depués del tercer vaso de vino tino, con las noticias de Crónica de fondo (porque sí, aunque "el sucu" se caía a pedazos, tenía, y debía tener un televisor con Crónica tv sintonizado día y noche. De otra manera no sería "el sucu"). Y arriba, es decir, sobre un entrepiso de improvisadas maderas situado justo por encima de nuestras cabezas, la Mony con la sartén hirviendo y por el mango.
No tengo el recuerdo exacto de cuándo ni porqué fuimos por primera vez. Sé que fue hace al rededor de tres, cuatro años. Algún mediodía esperando entrar a alguna aburrida clase. La visita se repitió dos o tres mediodías más tarde. Lentamente, casi sin darnos cuenta, pasó a ser indiscutido destino de tardes grises, en las cuales todos sabemos que no queda otra que sentarse a ahogar penas y discusiones con una cerveza de por medio. Es increíble como hoy en día ha entrado tan profunaamente dentro nuestro, que cada vez que tenemos un rato libre, con solo mirarnos sabemos que en quince minutos estaremos en "el sucu", entrando con cuidado, saludando a Miguel, sentándonos en la mesa contigua a la barra, y pidiendo nuestra gloriosa cerveza con nuestras grasosas papas fritas.
A veces trato de imaginarme que pensarán los viejos, los obreros, y los parias que habitúan "el sucu" cada vez que nos ven entrar a nosotros, un reducido grupo de vienteañeros con pocas marcas en la cara, con una todavía ténue e intermitente sonrisa en los labios. A veces me deprimo al pensar que en poco tiempo no entraremos más, que cada uno seguirá por su lado, que eventualmente podremos ir "el falco" y yo, o Julián con "el gordo". Pero ya no será lo mismo de antes. Se que para muchos puede ser insignificante un intento de bar del barrio de congreso, clausurado varias veces por infectología, ignorado por los apurados ojos de las oficinistas, pero para mi, para nosotros, "el sucu" fue, es, y será una inolvidable parte de nuestras vidas. Y se guardará en la mermoria, el corazón, o como quieran llamarlo, junto con el recuerdo del San Lorenzo campeón del ´95, de una tarde en el rosedal, de una sonrisa pasajera, del compás de una guitarra, y todos los pequeños instantes de fugaz felicidad que me queden por vivir.
jueves, 10 de mayo de 2007
miércoles, 9 de mayo de 2007
¡AZOTADME!
¡Azotadme!
Aquí estoy,
¡azotadme!
Merezco que me azoten.
No lamí la rompiente,
la sombra de las vacas,
las espinas,
la lluvia;
con fervor,
durante años;
descalzo,
estremecido,
absorto,
iluminado.
No me postré ante el barro,
ante el misterio intacto
del polen,
de la cama,
del gusano,
del pasto;
por timidez,
por miedo,
por pudor,
por cansancio.
No adoré los pesebres,
las ventanas heridas,
los ojos de los burros,
los manzanos,
el alba;
sin restricción,
de hinojos,
entregado,
desnudo,
con los poros erectos,
con los brazos al viento,
delirante,
sombrío;
en comunión de espanto,
de humildad,
de ignorancia,
como hubiera deseado...
¡como hubiera deseado!
martes, 8 de mayo de 2007
A:-Yo tengo un horno que levanta 200 grados y las pizzas salen re bien.
B:-Papá!yo las hago más fácil, levanto el tubo, llamo a la pizzería y listo.
A:-pero no me vas a decir que son más ricas!
B:-Que no papá!! aguanten las de pizzería
.......
Ahora, ustedes no van a creer frases tan típicas de ellos como:
-El arroz es comida de putos (?????????????)
-A los putos hay que matarlos a todos.
(Luego de un rato largo en que estuve escuchando Jazz) -Cortala con esa porquería, poné música "denserio".
Dos cosas en particular, dos reacciones de dos de ellos no termino de comprender. La primera es la consternación de un compañero al enterarse que no la pongo todos los días...
-Papá. vos con 22 años si no cojés todos los días estás hecho mierda!!! Yo a tu edad cojía todos los días con minas distintas.
....
La segunda reacción que me ofusca, es que haya sido motivo de burla el hecho de que yo haya ido a la feria del libro... Juro por Dios que no entiendo la risa!!!!!
Ahora, no se piensen que no hay diálogos interesante. Los debates más profundos giran en torno a cual es la velocidad más alta que han alcanzado con sus peugeots 307´s por la autopista, o quién es el que baja más rápido porquerías de interné con el emule.
Yo se que son buenas personas, que en el fondo deben ser tolerantes, que no deben ser tan machistas, pero les aseguro que cansa, realmente uno se siente sapo de otro pozo.
Perdonen este post quejoso, sin calidad, tan verborrágico y que parece escupido. Pero me tenía que descargar.
Punto.
miércoles, 2 de mayo de 2007
Le taux
tantas veces te pensé como musa inspiradora
con solo mirarte quedaba imaginando
tu oscuridad,
[tu aroma]
Áspera y de contornos difusos
ahuecada y panzona
una-a-una
las palabras me servías
Y tu obsoleto fin
negación de tantos otros
me ponía en la pista
no se si correcta,
[pero pista al fin]
Y las bocas que han de posarse en ti
y beber con apuro tu jugo nocturno
se confunden y se miran durante el día
y se maldicen y se aman en los sueños