miércoles, 27 de junio de 2007

Hay un gran paso desde la contemplación a la acción. A veces, más que un paso, es un salto, o un trepar sigiloso. Si bien la acción, es decir los actos, las obras, las creaciones de cada ser humano es aquello que lo define ante sus pares más facilmente, no se debería confundir esta "facilidad" con "necesidad" y "suficiencia". Vicente Fatone solía decir: "No hay nada que el no hacer no haga". Fatone también creía que "Conocer es Ser". Pues entonces porqué negarle su importancia y su necesidad a la contemplación frente a la acción. Es más, es de mi creer que la acción llevada a cabo sin previa deliberación exaustiva, conduce casi siempre a malos puertos. Los surrealistas se revuelcan en su tumba frente a tal afirmación, pero basta ir muy cerca, al día de ayer nomás para ver como una acción desmesurada, cargada de un fuerte componente pasional lleva a resultados horrorosos: Un hincha de Tigre muerto. No es mi intención desmerecer la espontaneidad de los actos más puros, de la naturalidad de los sentimientos, mas para que estos no acaben con consecuencias impensables, suelo pensar que se necesita previamente, en alguna instancia de la vida, un enorme proceso de contemplación y ensimismamiento. Tarea poco fácil si se tiene en cuenta los ritmos descomunales a los cuales transcurre la vida por estos tiempos. La era de las comunicaciones, el automóvil, los trenes ultrarápidos han exterminado casi por completo los momentos de larga reflexión en los cuales uno se podía sumir.
Algo similar sucede cuando uno quiere tomar partido, digamos por ejemplo en la vida política. He observado incontables ejemplos de agrupaciones de jovenes con intenciones de las más nobles, con fuerzas para el trabajo y la convicción de cambiar la sociedad. He visto con mis propios ojos como esos esfuerzos son y han sido en vano, cuando no provechosos para viles propósitos de crueles dirigentes o poderosos de turno. He concluido entonces de la necesaria búsqueda interna, del análisis propio y externo, y de la concientización que requiere en este caso la militancia política (la militancia supone acción, más bien es la acción). En pocas palabras, se precisa de un largo proceso de reflexión antes de la acción. De otra forma, dicha acción será incontrolada, o al menos su desenlace.
Hoy en día me doy cuenta de la cantidad de actos que he llevado a cabo sin percatarme jamás del porqué de ellos. La rutina, la vorágine del día a día, con su tela esméril que raspa lenta pero altaneramente nuestra conciencia nos precipita en actos casi involuntarios y mecánicos, en círculos de repetición del tiempo, en un mismo e inacabable transcurrir, haciendo y deshaciendo la trivialidad hasta más no poder. Si bien no se puede vivir en contemplación, o al menos el constante no-hacer podría terminar por la insanidad mental, creo que es pertinente y es condición necesaria la meditación, la búsqueda de un centro, de las coordenadas de vida desde donde habremos de situarnos y enfrentar la continuidad del cosmos, la pesquisa de una razón de evolución de nuestros actos. En pocas palabras, tratar de entender la vida. Muchos se han vuelto locos o han muerto en el intento. Yo, no logro comprenderla en absoluto.

8 comentarios:

Ignacio Martín dijo...

Uy, boludo, me hiciste acordar de un pasaje de Rayuela... Decí que ahora no tengo el libro a mano. Pero es cuando Olivera habla del no-hacer y del hacer, que el hacer es la admisión de una carencia... Julio lo explica brillantemente; te debo los ejemplos.

Pero sí, estoy de acuerdo con lo que decís. Detrás de toda acción, de toda puesta en marcha, tiene que haber un proceso mental, un pensar antes de hacer. Aunque ahí se corre otro riesgo, al que tipos como yo son propensos, que es el de generar una cadena infinita de pasos previos, intercalando pasos infinitesimalmente, a la manera eleática, alejando cada vez más y más la meta, el momento del pasaje al acto.

Lo terrible, sin embargo, es que así y todo, yo no me puedo jactar de ser un ser pensante, sino todo lo contrario. En realidad no es que pienso demasiado antes de hacer. Pienso demasiado en todo excepto en las cosas que me llevarían al hacer. Ahí está.

Catnip dijo...

Hay cosas que no están hechas para ser analizadas o entendidas, sino vividas...

Dah, no estoy tan segura en realidad, pero me gusta más pensar que no entiendo la vida porque no quiero y no porque no puedo...

:)

Deliberado dijo...

Che diversión-is (Fun-es), veo que captaste bien a donde iba. Es más, creo que el capítulo de Rayuela al cual te referís es en el que muere Rocamadour. Oliveira diserta divinamente un poco de todo esto, es más, creo que también nombra algo de la búsqueda del centro antes de la acción política. Si no me equivoco, algo relacionado con la liberación de Argelia, algo asi. Y estaba pensando mientras me duchaba, que viene al caso tu explicación del vaso semi-lleno que diste en el otro post. En este caso, el vaso se irá llenando con la meditación y la parte vacía sería lo que falta para el hacer. Aunque también se podría concebir al revés, la acción es lo que hay y la parte vacía, la falta de meditación. En fin, son dos cosas complementarias como vos dijiste anteriormente, y al no poder existir la una sin la otra, es que se puede arribar a esta posible dualidad. Como el amor y el odio casi.

Ivana dijo...

Cuando muere Rocamadour lloré tanto que dejé de leer Rayuela durante semanas. Es el capítulo 28.

Oliveira forro.

just me dijo...

ufff! que interesante post!!ultimamente estoy tratando de ser mas pensante, me cuetiono mas y no por que antes no lo fuera sino porque me considero a veces una persona por demas impulsiva....quizas eso es lo que me lleva a equivocarme algunas veces aun habiendo analizado antes causas y consecuencias...
Saludos!me gusta tu blog

Ivana dijo...

Che... ¿para cuándo el regreso, Deliberado? Hace rato largo que no se te ve... :(

Ignacio Martín dijo...

Hace rato que no se lo ve... y que no se le oye respirar, siquiera.

Don, por favor.

Deliberado dijo...

Pues me ando sin creatividad, me ando. Denme un tiempo che, mis pensamientos me aburren hasta a mi mismo, no vale la pena aburrirlos a uds. tambien.